La Municipalidad Provincial de Arequipa, bajo la dirección del alcalde Víctor Hugo Rivera, a través de la Subgerencia de Educación y Cultura, rindió un homenaje al destacado músico y compositor Benigno Ballón Farfán, en conmemoración a los 133 años de su nacimiento. El homenaje incluyó la entrega floral y colocación de la misma en su nicho del cementerio Apacheta. En representación del alcalde de Arequipa estuvo el regidor Rolando Bedregal.
Benigno Ballón Farfán nació en el barrio de San Lázaro el 7 de febrero de 1892, hijo de Manuel Ballón Flores y Francisca Farfán, fue bautizado en la parroquia de Santa Martha. Desde niño demostró un notable talento musical, tocando varios instrumentos como el rondín, la guitarra, la flauta, el violín y el piano. Realizó sus estudios en el colegio del Padre Duhamel y en el Instituto Salesiano. A los 13 años, se presentó públicamente en el Centro Social Obrero, donde recibió sus primeros aplausos del público.
A los 15 años, comenzó a trabajar en el reconocido Teatro Olimpo, luego Teatro Fénix, de Arequipa. Posteriormente, se desempeñó como profesor de música y canto en el Instituto Experimental N° 5 y el Colegio San Francisco de Asís, además de ser organista en la Catedral de Arequipa. Su talento musical lo llevó a actuar en varios colegios de la ciudad y a realizar giras por diversas provincias del sur del país, Lima, Bolivia y Chile. En 1940, grabó varias composiciones con la Orquesta Sinfónica de Santiago de Chile para RCA Víctor.
Entre sus composiciones más destacadas se encuentran valses como “Cholita Arequipeña”, “Silvia” y “Arrullo”; marchas como “Mi Canto a Arequipa” y “Marcha Federal”; marineras como “La traidora”; y yaravíes como “Delirio” y “Despedida”, entre muchas otras. Por su importante contribución a la música, el gobierno nacional lo declaró Patrimonio Cultural de la Nación en la categoría de Gran Maestro, mediante la resolución viceministerial N° 111-2018 del Ministerio de Cultura.
El genial músico falleció el 12 de julio de 1957, dejando un legado musical que perdura hasta hoy. La ciudad de Arequipa lo considera uno de sus hijos más ilustres del siglo XX y lo honra como la joya musical eterna, pues sus composiciones continúan siendo apreciadas y vigentes a pesar del paso de los años.